viernes, 13 de noviembre de 2009

!Ser humano!; ¡ser filósofo!: la filosofía de Hume



"Be a philosopher; but, amidst all your philosophy, be still a man" (David Hume). Esto lo dice Hume en la sección primera de sus "Investigaciones sobre el entendimiento humano". Podemos traducirlo como: "Se filósofo; pero en medio de toda tu filosofia, se todavía humano". Todo un consejo de connotaciones ilustradas, que encierra al mismo tiempo el sentido último de la filosofía del propio autor. Podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué aporta la filosofía (el razonamiento) a nuestra condición primaria de "seres humanos"? ¿Para qué nos sirve pensar? ¿Puede llegar a convertirse el pensamiento en una actividad inhumana, deshumanizadora? ¿Qué somos primero, seres que piensan ("cosas que piensan" como dice Descartes) o seres que viven? ¿Qué papel juega la racionalidad en nuestras vidas (personal, social, histórica)? ¿Es incompatible "ser humano" y "ser filósofo?
Hume vendría a plantear en esta afirmación que la razón es importante. Pero, no debemos olvidar, al mismo tiempo, que somos seres que viven, y en tanto que "humanos", estamos rodeados de intereses, sentimientos, experiencias que dificilmente podemos encasillarlas en el terreno de lo lógico, racional. En tanto que seres humanos somos radicalmente inseguros, y por eso nos interesa la seguridad. La necesidad de seguridad es algo humano, instintivo, natural. No podemos vivir en un estado permanente de duda. Dicho en pocas palabras, en nuestra vida cotidiana no podemos ser plenamente escépticos, es decir, no podemos ser plenamente filósofos.Pero también somos o debemos ser filósofos. ¿Te atreverías a explicar por qué?

1 comentario:

  1. La filosofia para Hume es usar la razón,pero el método por el que ha de guiarse se aproxima al inductivismo: se trata de generalizar a partir de lo individual. El ser humano necesita de las certezas, pero la razón no puede aportarlas. Por eso el escepticismo que defiende Hume podemos calificarlo de "moderado". Necesitamos certezas, convicciones, pero la razón no puede aportarlas. Sólo puede hacerlo nuestro instinto, nuestra naturaleza. Hemos de aceptar la separación entre creer y razonar, al mismo tiempo que admitir el carácter a-racional de las creencias (por ejemplo, el orden y la regularidad de la naturaleza, la causalidad, la permanencia de las cosas...son "creencias"). En el terreno de la moral esas creencias se reflejan en nuestra condición de seres "sensible" o "sentimentales" antes que racionales. Nuestra racionalidad está (o debe estar) al servicio de la sensibilidad (bienestar). Los sentimientos son más poderosos a la hora de determinar lo que debemos hacer que nuestras razones. Los seres humanos poseemos una sensibilidad común, y por tanto la tendencia a sentir horror o atracción antes los mismos fenómenos (por ejemplo, horror ante la guerra y atracción hacia la amistad).
    La filosofía como deber es una garantía de poder llegar a ser "humanos". Ser filósofos/as, todos podemos y debemos serlo, tiene sentido en la medida en que favorece la realización de nuestra humanidad, es decir, nuestro bienestar individual y social. Pero también puede decirse que ser filósofo/a tiene sentido si se es "humano": reconocer que la filosofía no es un fin en sí misma. La razón (filosofía) nos viene a indicar dos cosas fundamentales: a)que el conocimiento tiene unos límites, la experiencia; y b) al mismo tiempo nos permite reconocer nuestra necesidad de vivir sólo con aquellas creencias indemostrables que nos permiten seguir "siendo humanos", es decir, que son acordes con nuestra "humanidad"(sentido común, simpatia hacia los otros, etc.).

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